El alimento vivo en el contexto de los ecosistemas acuáticos se refiere al plancton, que comprende el fitoplancton y el zooplancton, microorganismos omnipresentes en todo sistema acuático, ya sea marino o de agua dulce. En esta capacitación, nos centraremos en el plancton marino y su relevancia en la cadena trófica, tanto para la producción de peces destinados al consumo en la acuicultura como para el cultivo de peces ornamentales en el acuarismo.
Es esencial comprender que el término "ornamentales" abarca una amplia variedad de organismos mantenidos en acuarios con propósitos estéticos, incluyendo peces, algas, corales, crustáceos, moluscos y las conocidas "rocas vivas".
Para comprender mejor la importancia del alimento vivo en estos contextos, es crucial explorar su papel en el cultivo de peces, tanto en términos de nutrición como de salud de los organismos.
El alimento vivo desempeña un papel fundamental en la nutrición y el bienestar de los peces, corales e invertebrados a lo largo de su ciclo de vida. Proporciona una amplia gama de vitaminas, ácidos grasos (como omega, DHA, EPA, entre otros), enzimas y otros nutrientes esenciales que son cruciales para la reproducción, el crecimiento y la salud óptima de estos organismos. Además, contribuye a aumentar su vitalidad, resistencia a enfermedades y esperanza de vida.
La acuicultura se ha convertido en una opción vital para satisfacer la creciente demanda de alimentos, especialmente en el caso del pescado. Sin embargo, este proceso sería inviable sin la generación de alimento vivo para la producción de larvas, que posteriormente se utilizarán en la etapa de engorde para la cría de peces destinados al mercado de consumo. Ejemplos de especies beneficiadas por este proceso incluyen el besugo, el atún, el pez limón, el lenguado, entre otros.
A lo largo de los años, la acuicultura ha evolucionado no solo como una solución para abordar la demanda alimentaria, sino también como una estrategia para mitigar los impactos ambientales en las poblaciones silvestres y como un medio de apoyo económico para pequeñas comunidades costeras y microempresas. Estas últimas han logrado posicionarse en el mercado mundial, satisfaciendo la demanda de una amplia variedad de especies de importancia comercial y ornamental. Se estima que aproximadamente el 50% de la demanda mundial de peces ornamentales marinos proviene de Asia, mientras que el 60% de los peces comerciales provienen de países desarrollados. Los peces marinos tropicales, en particular, son altamente valorados en el comercio de animales.
Según la FAO (2006), el comercio internacional de peces cultivados generó cerca de 9.000 millones de dólares en el año 2000, con aproximadamente el 10% de esa cifra proveniente de los peces marinos. Asia fue el principal contribuyente, aportando más del 50% del total, seguido por los países africanos. En Estados Unidos, los peces ornamentales cultivados se convirtieron en una industria importante, especialmente en el estado de Florida, donde alrededor de 178 productores generaron 47 millones de dólares en 2003.
Sin embargo, solo la mitad de los países de América Latina y el Caribe se dedican al cultivo de peces ornamentales, generando exportaciones por apenas 4 millones de dólares. Aunque los peces marinos tropicales son altamente valorados en el comercio de animales ornamentales, la oferta, principalmente dirigida a mercados externos, depende en gran medida de la extracción directa del medio ambiente. Este proceso tiene un impacto negativo en los ecosistemas y no proporciona alternativas sostenibles para las poblaciones humanas locales.
La extracción directa de peces marinos tropicales del medio ambiente no solo afecta los ecosistemas, sino que también carece de generar alternativas productivas para las comunidades locales. La reproducción en cautiverio de estas especies es un desafío significativo debido a la dificultad para proporcionar condiciones ambientales similares a las del medio natural, así como a la falta de información detallada sobre su biología y ecología.
La investigación en el campo de la acuicultura de peces marinos ornamentales es crucial para desarrollar métodos confiables y sostenibles de cría en cautiverio que puedan satisfacer la demanda del mercado. La cría en cautiverio, también conocida como "propagación en cautiverio", se utiliza para ayudar a especies amenazadas por actividades humanas, como la pérdida de hábitat, la caza excesiva, la contaminación y otras amenazas.
En el caso de los peces de ornato, un programa de cría en cautiverio puede ser crucial para la supervivencia de una especie en peligro de extinción. Sin embargo, para tener éxito en este proceso, los criadores deben tener en cuenta una serie de factores, incluidos los hábitos de vida, reproductivos y alimenticios de las especies.
Es importante destacar que el uso de alimento vivo también es esencial en la cría en cautiverio, ya que proporciona los nutrientes necesarios para el desarrollo y el crecimiento saludable de los peces, ya sean destinados para consumo o para ornato.
Aunque alrededor del 17 por ciento de las especies de peces marinos han sido criadas en cautiverio, según la revista CORAL Magazine, solo una pequeña parte de ellas está disponible comercialmente, lo que destaca la necesidad de continuar investigando y desarrollando técnicas de cría en cautiverio para satisfacer la demanda del mercado de manera sostenible.
Yellow Tang criado en Cautiverio por Oceanic Institute of Hawaii Pacific University
Cada año, la lista de especies marinas criadas en cautiverio crece. Los avances en la cría de peces marinos, especialmente en lo que respecta a la alimentación de los peces recién nacidos con alimento vivo, junto con una creciente conciencia sobre la necesidad de proteger los arrecifes de coral, han impulsado una mayor inversión en la industria de la acuicultura marina. Los peces criados en cautiverio también tienen la reputación de ser más saludables, ya que están acostumbrados a los alimentos preparados del acuario y tienen menos probabilidades de haber sido expuestos a enfermedades durante el largo proceso de envío.
Los peces criados en criaderos simplemente tienen una mejor tasa de supervivencia. Esto es beneficioso tanto para la industria como para la salud de los arrecifes, que enfrentan amenazas que van desde la acidificación de los océanos hasta el calentamiento global y la pesca con cianuro.
En algunos países, pescadores sin escrúpulos utilizan cianuro de sodio disuelto en agua para aturdir a los peces objetivo. Este método contamina los arrecifes circundantes y puede causar la muerte de ecosistemas enteros. A pesar de que esta práctica es ilegal en Filipinas, Sri Lanka e Indonesia, que son los principales exportadores de peces marinos a los Estados Unidos, los conservacionistas advierten que la pesca con cianuro todavía ocurre en una escala alarmante.
Es fundamental comprender quiénes se benefician de la artemia y la importancia de comprender los mecanismos básicos para poder realizar con éxito la cría en cautiverio.
La etapa larvaria de los peces comienza con la eclosión de los huevos y puede durar varias semanas o meses. Durante este período, las larvas experimentan un rápido crecimiento y una transformación constante de sus órganos y estructuras anatómicas, especialmente relacionadas con la alimentación. Al finalizar esta metamorfosis, las larvas se convierten en juveniles, que presentan características externas y funcionales similares a las de los adultos, aunque aún no están preparados para la reproducción.
La transformación durante esta etapa larvaria demanda una gran cantidad de energía y nutrientes, lo que significa que cualquier fallo o deficiencia en el suministro de la alimentación adecuada puede resultar en una disminución en la supervivencia e incluso en mortalidades masivas. En resumen, una alimentación larvaria inadecuada puede reducir significativamente el número de alevines viables y saludables para iniciar la etapa de engorde o cría.
Este período en la vida de las larvas es extremadamente sensible, ya que la falta de presas adecuadas, especialmente al inicio de la alimentación, puede resultar en una alta mortalidad. La cría larvaria y el uso de alimentos preparados suelen presentar menos problemas en especies de mayor tamaño y con sistemas digestivos más desarrollados al iniciar la alimentación. Por el contrario, las especies con un tubo digestivo inmaduro pueden enfrentar más dificultades y requerir alimentación de presas vivas durante más tiempo.
Desde la eclosión del huevo hasta el inicio de la alimentación exógena, los embriones utilizan las reservas vitelinas para su desarrollo. Una vez que comienzan a alimentarse, no todas las larvas de una misma puesta inician la alimentación al mismo tiempo, lo que hace que este proceso sea gradual.
Incluso cuando las larvas tienen acceso al alimento adecuado, se pueden observar diferencias en el aprendizaje de la captura y la capacidad para alimentarse. Estas diferencias pueden deberse a características individuales de las larvas, como el tamaño o la agresividad, así como a la disponibilidad y encuentros con la presa.
La detección del alimento se lleva a cabo mediante diversos órganos sensoriales, como la visión, el olfato y los mecanorreceptores. La captura del alimento implica la participación de la boca y la musculatura de la cola. Además, la ingestión también depende de factores externos a la larva, como la disponibilidad de presas adecuadas en términos de tamaño, sabor y valor nutricional. En las primeras etapas, las presas son seleccionadas principalmente por su tamaño, y las larvas prefieren presas con un diámetro inferior al máximo permitido por el tamaño de la boca.
En los primeros días, las presas son seleccionadas por su talla, más que por su sabor u otros factores. Las larvas pueden ingerir presas y partículas de alimento que presenten un diámetro similar a la apertura de la boca, pero suelen preferir tamaños inferiores a este máximo. Los valores registrados más comúnmente oscilan entre el 25 y 50% del tamaño máximo (Shirota, 1970; Fernández-Díaz et al., 1994; Munk, 1997; Cunha y Planas, 1999; Ostergaard, et al., 2005).
La Importancia de la Alimentación en las Etapas Larvarias: Un Factor Crítico para el Desarrollo de los Peces
El diámetro del esófago es el factor determinante del tamaño máximo que las larvas pueden ingerir, ya que engullen las presas enteras. Por lo tanto, es crucial que la estructura de la presa no sea rígida, especialmente en los primeros días de alimentación, cuando las paredes del esófago carecen de células mucosas y podrían resultar abrasadas por la ingestión de presas o partículas de alimento excesivamente grandes o rígidas.
El tamaño de la boca de las larvas aumenta progresivamente durante su desarrollo, especialmente en los primeros días, lo que les permite ingerir presas de mayor tamaño y con un mayor contenido energético. Sin embargo, la transición a nuevas presas no es inmediata ni sincrónica en toda la población, por lo que suele ser necesario un período de suministro mixto de presas. La tasa de ingestión y, por lo tanto, la cantidad diaria de alimento ingerido, depende en gran medida de la concentración de presas en el medio ambiente.
Durante los primeros días de alimentación, la ingestión está principalmente determinada por la oportunidad de encuentro entre la larva y la presa, lo que se ve favorecido por concentraciones más altas de presas. La relación entre la tasa de ingestión y la concentración de presas sigue una curva de saturación. A medida que la larva crece, desarrolla habilidades natatorias y de depredación, y la alimentación pasa de ser una actividad relativamente pasiva a un proceso más activo, en el que la larva persigue activamente a las presas.
"El Papel Fundamental de la Artemia en la Cría de Peces en Cautiverio"
Ahora que hemos profundizado en el tema de la alimentación de larvas, explorando el papel crucial del alimento vivo, especialmente la artemia, tanto en la cría en cautiverio como en la preservación de los corales, es importante entender más sobre este microcrustáceo.
La Artemia, conocida como "Camarón de salmuera", ha sido un componente fundamental en la acuariología desde mediados del siglo XX, mucho antes del establecimiento de los cultivos de larvas de especies marinas. Desde los primeros días de la acuicultura marina, la Artemia ha sido un alimento esencial tanto para larvas de peces como para crustáceos. El término "Artemia" abarca un complejo de especies y subespecies tradicionalmente agrupadas en variedades zygoténicas y partenogénicas.
Estos organismos se obtienen incubando quistes recolectados de la naturaleza, que luego eclosionan en nauplios de alto valor nutritivo, que pueden utilizarse directamente como alimento. Los nauplios tienen un tamaño de entre 300 y 500 µm. La Artemia es un organismo filtrador que puede alimentarse de microalgas, levaduras y harinas micronizadas, y alcanza una longitud de más de 10 mm en la fase adulta.
Instalacion de la Universidad de Cadiz
Cultivo de Artemia en Brasil
Otra forma de Cultivar Artemia
La Artemia exhibe un amplio rango de tamaños, lo que permite su utilización como presa durante varias semanas. Se emplea después del período de alimentación con rotíferos o incluso desde el inicio de la alimentación, dependiendo de la especie en cuestión. En la acuicultura, la fase más comúnmente utilizada es el nauplio obtenido de los quistes (Instar I), que no se alimenta y depende de sus reservas vitelinas. El Instar II, en cambio, ya puede alimentarse, lo que permite la manipulación de su composición mediante la dieta de enriquecimiento.
La composición nutricional de la Artemia varía según su estado de desarrollo. En el nauplio, por ejemplo, las proteínas suelen oscilar entre el 40% y el 60%, los lípidos entre el 12% y el 30%, y los carbohidratos entre el 4% y el 10% (García-Ortega et al., 1998). Al igual que ocurre con otras presas zooplanctónicas, el perfil lipídico de la Artemia puede modificarse mediante la manipulación de su dieta (Estévez et al., 1998).
A pesar de ser una excelente fuente de biomasa, el principal inconveniente de la Artemia como presa radica en su recolección de quistes de la naturaleza en determinadas zonas productoras del mundo. Este método extractivo está sujeto a las fluctuaciones naturales de producción, lo que ejerce una notable influencia en el mercado.
En resumen, la Artemia es una fuente esencial de alimento vivo en los criaderos de camarones y peces marinos. Según Patrick Lavens, nuevo director de desarrollo de negocios e innovaciones de INVE Aquaculture, prácticamente todos los criaderos la utilizan. Aunque algunos han optado por dietas artificiales, esto suele afectar la calidad de los alevines producidos.