Artemia sp.
Las artemias son pequeños crustáceos, con una longitud de 10 a 20 mm, los cuales presentan una cabeza formada por segmentos, en donde se aprecian un par de ojos, un par de antenas verdaderas (en machos modificados en apéndices prensiles) y un par de antenas secundarias. El tórax se encuentra formado por once segmentos, cada uno con un filopodios; mientras que el abdomen se encuentra constituido por ocho segmentos sin apéndices. En los dos primeros segmentos del abdomen se encuentran los genitales, mientras que en el último segmento se aprecia el telson.
Las artemias se consideran individuos filtradores no selectivos, cuyas partículas alimenticias se encuentran en suspensión en su entorno. El tamaño de la partícula a comer está dada por la apertura de su boca que ronda los 60 micrones aproximadamente.
Las artemias son capaces de producir dos tipos de huevos. El primero, tiene un desarrollo embrionario completo y al eclosionar se aprecia una larva nauplio (proceso ovovivíparo), mientras que el segundo, forma un quiste o huevo cístico, el cual es una estructura de protección cuando las condiciones ambientales no son aptas para el desarrollo completo del embrión, y que implica la interrupción del desarrollo embrionario, la expulsión del quiste y su futuro desarrollo cuando las condiciones sean aptas (proceso ovíparo). No obstante, aunque las condiciones ambientales mejoren, el quiste necesita de ser activado nuevamente para poder eclosionar.
HÁBITAT DE LA ARTEMIA
Las especies pertenecientes al género Artemia se encuentran adaptadas a entornos con condiciones de alta salinidad, desde lagos salados, salinas temporales o permanentes, en zonas costeras o continentales, normalmente siendo cuerpos de aguas someras. Los ejemplares de artemia se ven favorecidos en estas clases de entornos debido a la baja diversidad y redes tróficas simples, lo que les permite tener pocos competidores y depredadores. Cabe destacar, que no solo se encuentran adaptados a una salinidad determinada, sino a una composición química específica.
La Artemia es capaz de soportar estos ambientes hipersalinos gracias a su gran capacidad osmorreguladora. En términos de temperatura, la artemia puede desarrollarse o sobrevivir entre 5 a 35º C, siendo su temperatura óptima entre los 25° y los 27° C.
CICLO DE VIDA DE LA ARTEMIA
La reproducción entre los ejemplares del género Artemia ocurre cuando estos alcanzan la madurez sexual en la etapa de adultez, en ese periodo los machos se aferran a las hembras por medio de sus apéndices cefálicos a la altura del útero, lo cual les permite llevar a cabo la fecundación. Tras la fecundación se lleva a cabo el desarrollo embrionario y la formación del nauplio. Sí las condiciones son adversas, se inicia el proceso de enquistamiento y se detiene en la formación de la larva. En este caso, se liberan los quistes al ambiente, que al mejorar las condiciones externas se hidratan, tomando una forma esférica y completando el desarrollo embrionario, aproximadamente en unas 36 horas.
Este primer estado larvario (nauplio) tiene una longitud de 400 a 500 micras, cuenta con tres pares de apéndices, un ocelo denominado ojo Nauplio y cuenta con reservas vitelinas que le dotan de un color anaranjado. Dado que su aparato digestivo aún no es funcional, este primer estado larval no se alimenta.
Posteriormente, se muda a un segundo estado larval, con un tamaño mayor, cuyo aparato digestivo ya es funcional y es capaz de alimentarse por filtración. A partir de este segundo estado larval, los ejemplares continúan su crecimiento y sufren hasta 15 mudas en un periodo entre 1 a 3 semanas. En este proceso las características larvales son reemplazadas y comienzan apreciarse las diferencias entre sexo, dado que los machos desarrollan apéndices curvados y prensiles que las hembras no presentan. A esta altura, los filopodios están completamente formados y asumen su función locomotora. El ojo Nauplio es reemplazado por un par de ojos compuestos pedunculados y anténulas sensoriales. En condiciones favorables, las especies de artemias pueden vivir varios meses, con altas tasas de reproducción cada cuatro días.
Nauplios recién eclosionados atrapados por una maya cosechadora de 40 micrones.
Cuenta con una gran demanda en la industria acuícola como alimento vivo en la cría de peces. En especial las larvas nauplios, quienes presentan un alto valor nutricional y son usadas como alimento para los estados larvales, juveniles o adultos de peces y camarones.
Los naúplios presentan el tamaño ideal para las primeras etapas de alimentación de los peces, cuentan con un elevado contenido proteico y de aminoácidos, y son poco propensos a presentar parásitos que puedan contaminar los cultivos y acuarios. Son de fácil disponibilidad considerando tres variables: cantidad, tiempo y costos. Gracias a las altas tasas reproductivas, permiten la rápida producción de biomasa, cuyo coste tiene una importancia económica para el hombre.
Naulio de Artemia recien eclosionado.
La cría de artemia y su consumo vivas, en los procesos de cría de camarones, peces, etc., ayudan a estos a soportar mejor el ataque de patógenos (virus, bacterias, parásitos y hongos), así como el efecto nocivo de las sustancias tóxicas productoras de los "radicales libres " que tanto afectan a esta industria, por la contaminación de los ambientes de cría.
El valor nutritivo de la artemia adulta, es superior a la de los nauplios recién eclosionados; el contenido proteico en nauplius es del 47 % y en adultos es del 60 %. El tamaño de la artemia es programable y se puede manejar, según el estadio del depredador. La artemia adulta, contiene alta cantidad de enzimas digestivas, las que usadas en poca cantidad, puede mejorar la digestión del depredador. Una dieta en base de la artemia adulta, viva sobre todo, puede inducir al desarrollo y maduración de los camarones, lo que es de mucha importancia para el cultivo de esta especie entre otras.